
Es un poeta del que no había leído nada, confieso mi ignorancia, que ahora se reduce, esencialmente. Su primer libro publicado, Volar a través del día, data de 1998. Me parece un título genial e impresionante. En este momento voy a referirme a Detrás de la nostalgia, libro que me llegó por nuestro amigo común y gran poeta, Amable Mejía. Agradezco mucho este regalo. ¿Qué tipo de poeta es Félix María Betances de la Nuez, si se puede clasificar a los poetas por sus características principales? Tal vez la pregunta debería ser ¿qué representa este libro suyo en nuestra historia literaria contemporánea? No me creo capaz de responder a estas preguntas, sin alborotar un poco el espacio tan apretujado de nuestros hombres de letras, donde cada quien se vende como erudito o como genio, lo cual nos pone por enterados. El tipo de poeta puede variar de acuerdo al estilo de cada poema si nos acogemos a la suposición de que cada poema es un mundo en sí mismo. Un mismo poeta puede adoptar una postura y estilo diferentes, incluso en un mismo poema.
Digamos, en este caso, que se trata de un poeta dionisíaco, pero que cuando le parece pasa por apolíneo, siguiendo los principios de Nietzsche. Es decir, el poeta, instintivamente, responde a la pregunta con una palabra: dualidad, contradicción y guerra. Apolo representa la claridad y la finura, la perfección y el buen gusto, la coherencia y el orden. Dioniso, en cambio, representa el valor desordenado, el otro sentido, la perspectiva oscura, el lenguaje convulso, los sentimientos puros, arrebatados y arrebatadores.
Un poeta puede, como ya dije, combinar estilos, ser claro, incluso crudo, indirecto, cortante y hermético. Puede contagiarse de sífilis o morir de hambre en un país próspero, como el nuestro. Lo que nunca se le perdonará es que sea dueño de una una poesía fuerte, de tonalidad aguda, de empeño y desempeño armónico, estructurado con rigor a prueba de golpes.
Detrás de la nostalgia, Editora Búho, febrero de 2025, consta de 69 poemas, mayormente breves, con una síntesis sugestiva cercana al hermetismo como el que hayamos en Ungaretti, Montale y Quasimodo.
Félix María Betances de la Nuez es indiferente a la falta de rigor y a la falta de espontaneidad y es también un poeta de buena estirpe, del que podemos esperar poemas sobresalientes, hondos, ingeniosos y singulares como los que ya tiene en este libro. Veamos algunas partes de los poemas de Detrás de la nostalgia:
Ladridos de sirena resbalan en el corazón de cristal de la noche. Pertinaz hormigueo
la premura del desvelo. Aúlla el reloj
en todos los rincones del tiempo.
El ala del viento, residuos impregnados de hogar, traslada el olor de la distancia.
[Olor de la distancia]
Tantas pisadas como sombras vestidas en la tierra y, sin ellas.
[Imagen del extranjero]

Estos ejemplos se encuentran a lo largo de todo el libro, por lo que las imágenes son heterogéneas y con múltiples características.
He anotado, a raíz de mi lectura de Detrás de la distancia, que parecer confuso equivale a ser glorioso. Ser demasiado claro aburre con gran facilidad al ávido, avisado lector de poesía y también a cualquier otro tipo de lector. “Confuso” no es igual a “vaguedad”. Vaguedad significa no saber qué decir ni cómo decir algo poéticamente inimaginable. Confuso equivale a desenfocar el punto de mira para hacerlo interesante. Oscar Wilde lo expresa mejor cuando dice “Sólo los grandes maestros del estilo lograron alguna vez ser oscuros.”
Ser oscuro es una facultad de la inteligencia superior. Pero ser oscuro y vago nunca es un mérito a los ojos de la inteligencia. Por suerte, el poeta Félix María Betances de la Nuez, no es un poeta cursi ni adicto a las inclemencias de la vaguedad, su palabra se hará más visible con el tiempo, gracias a la oscuridad y al hermetismo, gracias a la fuerza y vivacidad de su lenguaje y gracias a la ferocidad de su imaginación.
1 de octubre de 2025
José Alejandro Peña
Obsidiana Press — Casa Editorial
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